BASKETZARAGOZA.NET El técnico del CAI Zaragoza no se fía del conjunto húngaro, rival mañana del conjunto aragonés en la segunda jornada del Last 32 y equipo más desconocido de este grupo N. Sea como fuere, Casadevall tiene claro la importancia del choque: “Los partidos de casa hay que intentar sumarlos. Esto es muy largo pero si no se gana en casa hay que hacerlo fuera y ya sabemos lo difícil que es en esta competición”, señala.
Enfrente habrá un equipo cuyo mayor activo es el juego de perímetro: “Son un equipo con una línea exterior francamente peligrosa. Burrell solo ha jugado un partido y es un base que genera mucha tracción, tiros de tres y ventajas para los compañeros. Junto con Wittman, que puede jugar de ‘2’, son una pareja que mantiene muy bien el puesto de base”, valora antes de centrarse en el mejor jugador de los húngaros. “Quien está realmente bien es Vojvoda. Está sensacional con un grado de confianza y un nivel increíble buscando penetraciones, tiros de dos, triples, pick and roll. No hay que dejarle respirar porque a la que tiene un palmo la mete independientemente de quién esté delante”, destaca.
Otra de las armas del Szolnoki Olaj es Strahinja Milosevic: “Es un jugador muy versátil al ‘3’ y al ‘4’ que penetra bien sobre ambas manos, tiene buen tiro a pies quietos, puede postear y además tiene una gran lectura para asistir a sus compañeros. También Borisov, que tiene un tiro letal, con gran porcentaje y buscando siempre buenas posiciones”. Y añade: “Los demás son jugadores duros que hacen su trabajo y que se aprovechan de la generosidad de estos primeros. Son un equipo muy complciado y más con la llegada de Jones para paliar un poco las carencias interiores”, descubre.
En ese sentido el CAI puede aprovechar su potencial interior: “Se les puede hacer daño pero hay que hacer llegar esos balones. No hay que emborracharse de balón sino que haya fluidez, que todos podamos disfrutar de él y que nos sintamos peligrosos con los objetivos que marquemos en opciones de juego interior para generar ventajas”, espera antes de valorar la integración de Swing. “Jordan tiene que irse adaptando y no hay casi tiempo. Entrará poco a poco, en la medida en la que vayamos necesitando. El problema de la línea exterior es la falta de fluidez. Si jugamos fluido el equipo tiene puntos en las manos desde ahí”, afirma convencido.