VÍDEO | La bestia negra fue el CAI Zaragoza (86-74)

BASKETZARAGOZA.NET El CAI Zaragoza no solamente logro el triunfo (86-74) ante Lagun Aro sino que cerró una de esas heridas de rivalidad contra uno de sus enemigos casi imposibles, una bestia negra a la que el CAI Zaragoza logró dominar con arduo esfuerzo hasta embolsarse una valiosa victoria. El equipo de Abós tuvo una primera mitad igualada, mientras que en la segunda el CAI tomó el mando con un Rudez muy activo (23 puntos, 27 de valoración) y un Roll productivo (16 puntos).

Un triple de Woods abrió el partido y Van Rossom replicó sin demora, en un arranque interesante por la importancia del choque para ambas escuadras por diferentes motivos. Paunic hirió con otro triple pero Roll siguió en ese guión de ida y vuelta y aunque el CAI Zaragoza no tomaba el mando del encuentro, Jones con un mate encendía la grada y un minuto después un robo de Toppert con final feliz adelantara 11-10 a los locales. El duelo Norel-Doblas centraba la atención del público aunque era Roll el chico que estaba en todos los sitios sumando. Con las rotaciones, la inercia rojilla no cambiaba ni con las técnicas a Abós y Doblas. Solo un 2+1 de Ibekwe ante Fontet igualó el tramo en el instante final (19-19).

La igualdad persistía en el choque. Era el momento Rudez con su actividad y sus puntos para adelantar a los caístas. Una penetración de Raulzinho Neto igualó a 27 y repitió para acortar dos lances después. Pero Van Rossom usó el mismo recurso con un CAI que de nuevo se intentaba despegar. El público se levantó cuando un tapón de Aguilar originó una contra que Roll cerró ante el rocoso David Doblas. La vida al revés, cuando Pablo dio un pase a Van Rossom para un alley oop que el belga completó sin acrobacias y dejar el 38-29 (min.18). Salgado acudía a su cita del triple balsámico para los donistiarras y los metía en choque, gracias a algunos rebotes no capturados en defensa. Un poco de acierto, un par de defensas y el CAI se fue al descanso en ventaja 42-34.      

Un 0-8 de salida despertó a la marea roja –incluso al grupo de seguidores vascos- y propició el tiempo muerto de Abós. Dicho y hecho: 6-0 y tiempo de Sito Alonso. Lo que venia siendo un encuentro igualado. Ante un Papamakarios impotente, otro momento Rudez -9 puntos en 5 minutos- con una racha del croata que tuvo tiempo incluso de asistir a Jones para el 55-44, máxima diferencia caísta. Llompart aprovechaba los espacios y sumaba diferencia, reboteaba y ordenaba el tempo del encuentro. Abós puso a Rudez de 4 y se emparejó con Rubio y el 10 del CAI usó el tiro libre para seguir anotando y afianzando el camino del triunfo local (61-52).

Aunque el encuentro no estaba cerrado, el último acto tenía toda la emoción de un final equilibrado a pesar de los +10 en que el CAI mantenía la ventaja. Sito Alonso quemó las naves mediado el cuarto con un triple inquietante de Woods. Pero Rudez seguía a lo suyo, Aguilar se inventó un triple cuando Ibekwe cometía falta sobre Jones, dejando un botín de 5-0 en la misma acción (74-59, min.35). Con medio partido en el bote, los zaragozanos no bajaron los brazos hasta amarrar la victoria número 16 en la Liga Endesa, con la marea roja coreando el nombre de Damjan Rudez tras 23 puntos y una actuación estelar (27 valoración). Adrián García dispuso de minutos y solo Marín, con molestias tras el encuentro en EBA del sábado, se quedó sin participar en pista, aunque sí en la euforia (86-74).

FICHA TÉCNICA
CAI Zaragoza 86: Van Rossom(9), Roll(16), Toppert(2), Jones(10), Norel(11) - cinco inicial-, Rudez(23), Stefansson(-), Llompart(6), García(-), Fontet(2), Aguilar(7).
Lagun Aro GBC 74: Salgado(6), Paunic(14), Papamakarios(3), Woods(10), Doblas(14), - cinco inicial-, Neto(4), Rubio(4), Finley(8), Díez(2), Ibekwe(9).

Parciales: 19-19 / 23-15 / 19-18 / 25-22
Árbitros: Hierrezuelo, Pérez Pérez, Munar. Eliminaron a Stefansson por faltas personales.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 28 de la Liga Endesa, disputado en el pabellón Príncipe Felipe ante 7.100 espectadores.

Estadísticas completas

Reportaje fotográfico: Esther Casas