BASKETZARAGOZA.NET Se nos ha ido ya el segundo turno del Campus de Verano. Otras dos semanas de baloncesto y diversión con las que hemos combatido el calor de Zaragoza a lo largo de estos intensos días en el Estadio Miralbueno-El Olivar, que ha sido nuestra segunda casa. Allí hemos conocido nuevas personas y hemos aprendido, disfrutado como los que más. Nos quedamos con eso.
Han sido diez días en los que el aburrimiento no ha tenido lugar. Diez días muy especiales que han servido para que ratifiquemos nuestra pasión por el baloncesto pero que no se han reducido solo a eso. De la mano de los fantásticos y abnegados monitores hemos podido perfeccionar las habilidades de nuestro deporte, pero noventa horas de actividad dan para mucho más. Las instalaciones y recursos de El Olivar nos han permitido además practicar otros deportes como el fútbol, el hockey o el béisbol, además de fomentar nuestra creatividad con diversos talleres en los que hemos usado nuestras manos para algo más que botar y encestar el balón, siempre con nuestro arte más que presente.
Pero como hoy era una jornada especial tocaba exprimir cada minuto de los que nos ha ofrecido otro día más de sol y calor zaragozano. En cada bote, en cada dribbling y en cada tiro a canasta hemos puesto un empeño especial aderezado con la mejor de nuestras sonrisas. Esas que delatan que hemos vivido una experiencia única para la que ya estamos descontando los días para que vuelva a arrancar. Nos quedamos con lo bueno; por encima de los obsequios finales, la huella que este segundo turno ha dejado en todos, tanto pequeños jugones como monitores. El lunes, iremos a por el siguiente.
Reportaje gráfico: Esther Casas