BASKETZARAGOZA.NET El conjunto aragonés abrió durante la tarde noche de ayer las puertas de su ‘Infierno Rojo’ para celebrar Halloween con sus aficionados. Aprovechando la jornada de vuelta al trabajo del cuadro maño, más de 200 seguidores del equipo se dieron cita en el pabellón Príncipe Felipe para disfrutar de una tarde original y divertida junto a los jugadores rojillos.
Agolpados en la puerta D de la instalación, pasadas las 20.30 horas la ‘marea roja’ pudo acceder al coliseo aragonés para disfrutar de los últimos minutos del entrenamiento y comprobar la intensidad con la que trabaja Tecnyconta Zaragoza. En un respetuoso, solemne e incluso lúgubre silencio, acorde a la fecha, padres e hijos atendían absortos a las jugadas e instrucciones que Jota Cuspinera indicaba a sus jugadores. Finalizado el trabajo, el propio técnico fue el primero en acercarse a los presentes para agradecerles el apoyo y el respeto mostrado, así como felicitar por los originales y divertidos disfraces de los más pequeños de la casa.
Tocaba elegir al mejor de todos y, tras unos minutos de debate entre los jugadores, el capitán Tomás Bellas fue el encargado de ir a buscar al afortunado: el pequeño Pedro. Abonado del club y caracterizado como un joven diablillo rojo con su tridente, el joven fue el agraciado con la camiseta de juego del equipo, firmada por toda la plantilla; un regalo que no tardó en estrenar cambiándolo por su disfraz. Junto a él y debido a la gran competencia, tres jóvenes princesas tenebrosas se hicieron con entradas para ver al equipo en sus próximos compromisos.
Pero ningún niño se fue de vacío ya que, gracias a Supermercados Simply, todos los asistentes recibieron de manos de los jugadores de Tecnyconta Zaragoza una bolsa de chucherías al más puro estilo “Truco o trato”. Desfilando uno a uno, los más pequeños de la casa posaron en una divertida foto de familia para inmortalizar tan bonita iniciativa que dio paso después a la firma de autógrafos y sesión de fotos, ya de manera más individualizada, con el vestuario rojillo. Epílogo de altura para una tarde terroríficamente divertida que sirvió para cargar pilas con el cariño y la simpatía de los más jóvenes de la ‘marea roja’.
Reportaje gráfico: El Periódico de Aragón