BASKETZARAGOZA.NET Fue su primera rueda de prensa, le costó un poco más que vestirse de corto, pero seguro que no será la última. Javier Marín ha aparecido en el Pabellón Príncipe Felipe para mostrar a los medios su gran logro, la medalla de oro del Torneo de Mannheim. El "junior de oro" manifesta su ilusión por haber conseguido este logro para el baloncesto español y se marca como objetivo "seguir contando con minutos en Liga Endesa".
Benito Doblado, coordinador de las categorías base de Basket Zaragoza introdujo la primera comparecencia del jugador zaragozano, explicando su itinerario hasta su llegada al CAI Zaragoza. "Su corta pero exitosa carrera comenzó en las categorías del Club Baloncesto Zaragoza (CBZ). En el año 1998, en categoría infantil, comenzó a formar parte de la Tecnificación de la Fundación Basket 2002, destinado a los mejores jugadores de los clubes y colegios vinculados a la fundación. En ese año, jugó en el Doctor Azúa, equipo con el que disputó la fase final del Campeonato de España en Monzón. Paco Torres se fijó en él para formar parte de la Selección en verano. Desde ese momento hasta hoy, Javier ha estado siempre convocado. Javier siempre ha sido un aventajado a su edad, ya que comenzó en el cadete de segundo año del CAI Zaragoza siendo un año menor. Debutó en LEB contra Cáceres jugando 50 segundos y este año en ACB con José Luis Abós", repasó brevemente, culminando ese camino "con el Torneo de Mannheim en el que se proclama campeón" aseveró.
Javier Marín tomó la palabra con la soltura impropia "del júnior" del equipo. "Empecé soñando como todos niños que jugábamos al baloncesto. Poco a poco y trabajando día a día fui encontrando el camino. Llegué desde el CBZ al Doctor Azúa y posteriormente, al CAI Zaragoza". Así mismo, el base rojillo recuerda a los entrenadores que tuvo en su carrera. "Todos los entrenadores son importantes, pero sobre todo Carlos Hinojar ya que llevo cuatro o cinco años con él pero tengo que destacar a un gran maestro como Carlos Pardo. Sin él no me hubiese desarrollado como base", recordó.
Llegar a la selección junior y ganar el Torneo de Mannheim le ha permitido cerrar una herida del verano. "Tuve una pequeña lesión de tobillo y me quede con las ganas de jugar el Europeo de Polonia y, además, viendo cómo mis compañeros ganaban partido tras partido. El Torneo de Mannheim ha servido para quitarme esa espina", subrayó.
Javier Marín mantiene los pies en el suelo aunque no le asustan los apodos. "No me da vértigo. Son apodos que pone la prensa pero cada jugador es distinto aunque la verdad no es nada malo que me comparen con Ricky Rubio. Con el jugador que más identificado me siento es con Rodrigo San Miguel, que además de haber jugado en Doctor Azúa, equipo por el que pase yo, y ahora lo está haciendo bastante bien en Valencia". Aunque no se olvida de los dos compañeros del CAI Zaragoza, con los que comparte entrenamientos y posición. "En mi posición, tengo a Carlos Cabezas y Sam Van Rossom, que para mí son excelentes bases y de los cuales aprendo un montón", manifestó antes de someterse a la sesión de fotos en la que lució la medalla alcanzada con la Selección.