BASKETZARAGOZA.NET El capitán del CAI Zaragoza, Pablo Aguilar, disfruta de los días previos a vivir una de las mejores experiencias de jugar a baloncesto en España: disputar la Copa del Rey. Con el conocimiento de lo que eso supone, puesto que ya la jugó en 2008 vistiendo la camiseta del Real Madrid, el granadino habla con sus compañeros de lo que supone esta experiencia y defiende que el equipo saltará "a la pista del Buesa Arena con toda nuestra alma”, asegura.

“Tenemos muchísimas esperanzas porque el equipo ha demostrado que se puede competir contra cualquiera. Aquí ganamos a Caja Laboral, allí tuvimos muchas posibilidades, y ahora mismo vamos con ganas de borrar los primeros cuartos de los últimos partidos que hemos disputado”, reconoce el capitán. “Queremos volver a ser el equipo que éramos anteriormente. Salir a divertirnos, defender, y jugar con mucho ritmo, que es lo que nos identifica”, añade.

Con el conocimiento que ya tienen algunos rojillos de lo que supone disputar el torneo del K.O., lo comentan con quienes serán rookies este fin de semana. “En el vestuario se habla de la organización, de todo el ambiente que se crea en la ciudad alrededor del torneo. El equipo tiene muchísimas ganas de jugarlo, muchas ganas de ver cómo se vive en una ciudad con tanta pasión por el baloncesto, y mucha ilusión, sobre todo por jugarlo”, apunta.

En cuanto a los cientos de aficionados que se desplazarán hasta Vitoria para apoyar al equipo, el capitán se siente orgulloso de la marea roja y apunta: “La afición necesitaba que el CAI volviera a jugar un torneo tan especial como la Copa del rey después de tantos años. A ellos también les ilusiona ver que las cosas se hacen bien, que el equipo va escalando puestos poco a poco en la clasificación, que el club ha ido creciendo… a nosotros nos ilusiona, a ellos también, y les agradecemos muchísimo que vengan con nosotros”, reconoce.

En su propia experiencia, el granadino recuerda “muchos nervios” de aquella Copa del Rey 2008 en la que el entonces entrenador Joan Plaza le sacó a jugar en un equipo lleno de estrellas. “Era muy joven, no me esperaba jugar, porque jugar en ese equipo era muy difícil. Aspirábamos a todo y los minutos estaban muy repartidos. Hablé con Joan antes del partido y cuando me dijo que iba a jugar se me puso la cara como a un niño chico cuando le dan los regalos de Navidad. Es un recuerdo precioso”, rememora el capitán.