BASKETZARAGOZA.NET El próximo domingo el CAI Zaragoza recibe al Real Madrid. Será la primera vez que Pep Cargol reciba como entrenador al conjunto que más años ha copado en su trayectoria como jugador. Tras casi una década vistiendo la elástica blanca, el técnico ayudante del CAI Zaragoza se mide a su exequipo en la pista donde el conjunto madridista logró su última Copa de Europa, el pabellón Príncipe Felipe, justo cuando se cumplen ahora veinte años de su consecución.

Probablemente, de todos los títulos conquistados por Cargol en el Real Madrid, esa Copa de Europa sea el de más pedigrí. Pero el palmarés del gerundense luce además otros títulos europeos: dos Recopas (1988-89 y 1991-92), la Copa Korac de 1988 -competiciones de las que fue además subcampeón-, además de dos Ligas ACB y 2 Copas del Rey así como el bronce en el Europeo de Roma en 1991 con la selección española, una camiseta que se enfundó en 46 ocasiones. Unos años, esos finales de los 80 y principios de los 90 que le dejan un sabor de boca imborrable: “Fue la etapa más importante como jugador en mi carrera. Tuve la suerte de convivir con grandes jugadores como Fernando Martín, Drazen Petrovic, Arvydas Sabonis, Juan Antonio Corbalán, Chechu Biriukov o Isma Santos, entre otros muchos, con los que tuve la oportunidad de disputar títulos en una gran institución", rememora.

Pese a su dilatada carrera en la casa blanca, Cargol inició su carrera deportiva en el mítico Licor 43 Santa Coloma donde se formó y debutó en la ACB la temporada 1985-1986. Tras sus primeros años en la elite, el ya conocido paso por el Real Madrid, tres temporadas en casa con el Valvi Girona y una peregrinación a partir de 1998 que le llevó a Portugal con el Benfica lisboeta antes de regresar a España con el Caja San Fernando, otra experiencia fuera de nuestra fronteras con el PAOK Salónica en Grecia para regresar a la ACB en 2001 de la mano del Gijón Baloncesto y acabar su etapa como jugador en el CAI Zaragoza.

Al conjunto rojillo llegó un año después, allá por 2002, coincidiendo con el inicio del proyecto, para convertirse en el primer capitán en la historia del club: "Era el jugador más veterano y decidieron que fuese yo”, recuerda sobre los días previos a debutar en un pabellón abarrotado con 10.000 espectadores. “Mi llegada al CAI supuso participar de una ilusión que vivía y que vive Zaragoza con el baloncesto", alude tras muchos años asentado ya en la capital aragonesa. "Supuso conectar con una ciudad que quería recuperar le baloncesto de primer nivel”, rememora sobre el objetivo principal con el que se creaba aquel Basket Zaragoza 2002 SAD.

Aquella fue una primera temporada repleta de retos, en una nueva estructura y una nueva competición, la Liga LEB: “Íbamos con ingenuidad por saber cómo era la LEB, ya que no conocíamos la categoría", arranca el asistente sobre aquellos primeros y duros pasos del equipo, que, como todo lo nuevo, tarda en carburar. "Con el tiempo se fue creciendo hasta consolidar el proyecto de hoy, que ha calado en la sociedad”, resume desde el seno de un club que ha cumplido sus primeros trece años de aventura rojilla. Acabada esa primera temporada se ponía también punto final a la etapa de Pep Cargol como jugador tras 17 años en la elite.

 
Pep Cargol dirigiendo encuentro de El Olivar de EBA y como ayudante de Joaquín Ruiz en ACB.

Tras bajarse aquel telón y colgar las zapatillas, un periodo de un lustro separó los caminos del internacional y el CAI Zaragoza. Un lapso de tiempo que sin embargo serviría para emprender otro proyecto relacionado con su pasión, el de enseñar y formar. Algo que años después le abriría la puerta de regreso al primer capitán del CAI Zaragoza. "Entrenaba a los cadetes de Stadium Casablanca cuando Alberto Angulo me llamó para que cogiese al Júnior del CAI Zaragoza", relata sobre una más que apasionante vuelta a su antigua casa. Regresaba al club en 2009 como entrenador de categorías base, donde, al igual que iba desarrollando a sus pupilos, iba creciendo con la experiencia y asumiendo nuevos retos: "Me hizo ilusión, me impliqué y comencé a entrenar. Un par de años después, Willy Villar me propuso coger el EBA, un equipo de formación en el que estarían jugadores que ya conocía de antes”. Unos agradecidos años con la oportunidad de disfrutar de la evolución y seguir formando a quienes años antes habían pasado por sus manos. Y de ahí, el paso de la formación a la competición.

A principio de la presente temporada, la llegada de Joaquín Ruiz al banquillo como entrenador principal supuso radicó en la llegada de Cargol al primer equipo como técnico ayudante. Un reto tan nuevo como estimulante: “Entras en un mundo de competición, no tiene nada que ver con el trabajo en EBA", explica. "Estás en una estructura profesional y pendiente de las necesidades del equipo y de los jugadores”. Unos jugadores para los que pone sobre la mesa su amplia y dilatada trayectoria sobre el parqué: "Todo lo que he vivido durante muchos años como jugador lo puedo aportar ahora desde el banquillo", expone, ya que pese a las más que evidentes diferencias entre EBA y la ACB, todavía mantiene esa vena de mentor de jugadores: "Existe esa parte formativa con los jugadores, a la que se añade la preparación de partidos y labores de scouting", describe. "Ayudo a los jugadores desde mi experiencia y estoy al servicio de Joaquín para todo lo que precise”, añade un Pep Cargol que, ahora, desde el la frialdad del banquillo, valora y reconoce aún más el trabajo de quienes dejaron su impronta en él: "Visto ahora como entrenador, tuve la suerte también de tener a gente de la talla de George Karl, Lolo Sáiz, Zeljko Obradovic o Clifford Luyk, entre otros". Una nómina de lujo dentro de la historia de un equipo al que, después de veinte años Pep Cargol se dispone a recibir en uno de los últimos escenarios que le vio vestir de blanco.

UNA CANASTA EN FORMA DE FOTO
Aquel 13 de abril de 1995, en la pista donde el domingo se medirán CAI Zaragoza y Real Madrid, en el marco de la final de la Copa de Europa, el alero gerundense fue el protagonista de una canasta muy mediática. Un mate lleno de significado que todavía a día de hoy es parte de la imagen del baloncesto europeo y que, 20 años después, es imagen sigue viva en el recuerdo de muchos aficionados. “Esa canasta fue una foto. El partido ya estaba resuelto antes y esa canasta significaba, creo, ganar de 9 en vez de 7. Detrás de ese mate había mucha euforia y soltar lo que habíamos currado, que era mucho, para conseguirlo. Significaba un 'ya somos campeones de Europa’. Esa foto fue el éxtasis”, recuerda.

Reportaje gráfico: ACB, CAI Zaragoza y Gigantes del Basket