Fran Vázquez ejerce de padrino en la Escuela de Baloncesto Adaptado de ATADES

BASKETZARAGOZA.NET En cuanto el calendario ha dado una tregua y la climatología un respiro, Fran Vázquez ha visitado a sus ahijados de la Escuela de Baloncesto Adaptado de Atades que la Fundación Basket Zaragoza tiene en marcha desde el curso pasado en las instalaciones de esta asociación en el popular barrio de Torrero.Antes de la hora prevista, el padrino se bajó del coche y desde ese mismo momento el guión del entrenamiento de los chicos que dirige Ana Ramiro cambió por completo. 

 

El ritmo de trabajos y las expectativas del entrenamiento cambiaron para todo el equipo, al encontrar al de Chantada en traje de faena y decidido a participar activamente en su clase de baloncesto. Los padres y madres no fueron ajenos al encuentro especial, como tampoco lo fueron las cámaras de tv que aparecieron en el mundo deportivo de unos chicos y chicas, de entre 8 y 18 años, que exhibieron su gen más competitivo ante uno de los nombres propios de la historia de la Liga Endesa.

 

Cuando el baloncesto deja de ser competición y se transforma en factor social de integración, educador en valores o mejora las capacidades motoras y crea hábitos deportivos saludables con su práctica regular, el baloncesto adquiere otra dimensión, esa que un jugador profesional de largo recorrido en la élite encuentra lejos de las estadísticas y los focos.

 

Por eso hoy Fran recibió otra presión. No esa que se percibe en un duro bloqueo al ejecutar el pick and roll sino por la atención que reclaman los jugadores de este equipo, de SU equipo. Un intento por mostrar sus progresos y habilidades fraguadas en cada clase, con un innegable afán de superación. Y hoy era el día de demostrar lo aprendido y, como los compañeros de su Padrino, exhibir el orgullo y la rasmia por superarse cada día, su constante.

 

Pero la competitividad y la admiración no están reñidas. Por ello, las cámaras de los móviles y los rotuladores indelebles eran los objetos más preciados antes y después de la sesión. Incluso en el último sorbo de agua tras la sesión, el Padrino no dejó de recibir el agasajo de sus ahijados, los mismos que dan una lección de tesón y lucha en cada bote del balón o en cada acción de sus vidas.“Una tarde magnífica y  diferente a lo que hago hasta ahora. He venido a su casa y espero que hayan disfrutado porque yo estoy encantado. Espero que vean que su Padrino está atento a ellos y que lo disfruten”, comentó Fran Vázquez, quien vivió otra sesión de trabajo extra. De las que marcan y no se olvidan.