BASKETZARAGOZA.NET El joven base de Tecnyconta Zaragoza ha regresado a casa tras la disputa del Mundial U19 de Egipto y atiende en exclusiva a la página web del club para hablar de la experiencia. Una preparación y una intensa semana de competición que le dejó a las puertas de las medallas, y de la que queda la espina de las semifinales pero, por encima de todo, el buen ambiente en el seno del combinado nacional.
Sanz se cuela en la defensa malí para anotar una bandeja (FIBA)
Internacional desde muy pequeño, el Mundial en El Cairo ha supuesto el culmen hasta ahora a su trayectoria con las categorías base de la selección: “La verdad es que la experiencia ha sido increíble y el ambiente sensacional ya desde los primeros días, tanto con los jugadores como con el cuerpo técnico”, añade satisfecho por las semanas de trabajo que llevaron al equipo desde Zaragoza hasta la capital egipcia. “Hemos trabajado en grupo, con muy buen rollo, porque todos son muy buena gente y el ambiente colectivo ha supuesto que la experiencia haya sido mejor”, apunta. “Al final, eso siempre se nota luego en la cancha”.
Algo de lo que no cabe duda visto el desarrollo del campeonato para los intereses de la U19: “Llegar a semifinales y quedar cuartos perdiendo el bronce ante Estados Unidos es un gran resultado”. Sin embargo, tanto para él como para sus compañeros quedará el quedarse a un paso de la final. “La espinita que se nos queda clavada es la semifinal ante Italia”, lamenta tras un brillante e invicto camino. “Sea por lo que fuere no logramos rematar el partido y e tan cerca de una final y no alcanzarla, fastidia mucho más”, reconoce dolido.
Tras unos días de reflexión, el análisis “El final de ese partido no se escapó por un tema de nervios”, opina el zaragozano coincidiendo con su técnico Luis Guil. “Tuvimos mala suerte y tomamos algunas decisiones colectivas que no salieron bien”, recuerda sobre el cuarto decisivo. “Aun así, tuvimos posibilidades hasta el balón final de partido, que tampoco quiso entrar”, afirma resignado. “Pero pese a todo, el resultado es para estar contentos”, insiste.
Una experiencia única que le ha llegado en el momento oportuno, poniendo el broche a una temporada complicada: “En lo personal llevaba buen parte del año casi sin jugar en Huesca”, recuerda. “Con Luis –Guil– he conseguido disputar minutos y sentirme parte del grupo”, confiesa orgulloso. “Ha sido una oportunidad increíble y le estoy muy agradecido por poder sumar esta experiencia que muy pocas veces se puede tener”, reconoce aprovechando unos días libres antes de volver al trabajo: “Ahora toca descansar unos días, volver a entrenar y esperar la temporada que viene para saber de mi futuro”. Un porvenir en el que seguirá creciendo con la experiencia de este Campeonato del Mundo.